Todas las noches en
que suplicaba por que estuvieras acá, todos los besos, los que no pediste y no
te di, todas las lágrimas y cada una de mis sonrisas, los días de verano y las
fiestas de guardar, todo lo que tengo, lo que soy y lo que siento, lo que te gustaba
y lo que no, lo que fingía ser por miedo a no ser y siendo sin ser,
arriesgándome a la perdida de lo más preciado, todo para vos, todo para que consiguieras quererme la mitad de lo que yo te quería a vos, y
llegó el día en que me di cuenta de que el miedo a perder no me hizo ganar, que
debí atreverme antes a poner las cartas
sobre la mesa, a decir esta soy yo, esto es lo que tengo, lo que quiero y lo
que soy, lo tomas o lo dejas, sin ultimátum, sin complejos, ni miedos,
únicamente con la certeza de saber que pase lo que pase lo importante es ser
feliz, que el alma no duele eternamente y que los amores no duran para siempre,
que por muy dulce que sea el recuerdo si terminó fue porque de todo el bien que
nos hizo, el mal, superó las ganas de seguir adelante.
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