miércoles, 8 de enero de 2014

¿Cuántas cosas hacemos por nosotros 

y cuántas por los demás?
¿Cuántos pesares lloramos por lástima
a nosotros mismos, más que por
verdadero dolor al hecho en sí?
¿Por qué nunca nos prepararon para
asumir la muerte, cuando es tan natural
como la vida?
¿Por qué nos aferramos tanto a la vida
si no nos pertenece?
¿Por qué en lugar de disfrutarla y exprimirla
hasta la última gota, nos quedamos
contemplándola de lejos sin participar
en ella? ¿Por qué siempre estamos
esperando el día menos pensado para vivir
a plenitud?
¿Por qué somos tan inconscientes de la vida
mientras se nos escapa entre los días? 
¿Viviríamos más intensamente un día si
supiéramos que es el único que nos queda?
¿Por qué nos cuesta aceptar que la confirmación
de haber muerto pasa por haber vivido?
¿Por qué hay gente que muere sin haber vivido?
¿Por qué hay gente que vive sólo esperando la muerte?



 Ángela Becerra

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