lunes, 21 de febrero de 2011

Madurar es opcional

El primer día en la universidad nuestro profesor se presentó y nos pidió queprocuráramos llegar a conocer a alguien a quien no conociéramos todavía. Me puse de pie y miré a mi alrededor, cuando una mano me tocó suavemente elhombro. Me di la vuelta y me encontré con una viejita arrugada cuya sonrisa lealumbraba todo su ser. Hola, buen mozo. Me llamo Rose. Tengo ochenta y siete años. ¿Te puedo dar un abrazo?. Me reí y le contesté con entusiasmo: ¡Claro que puede! Ella me dió un abrazo muy fuerte. ¿Por qué está usted en la Universidad a una edad tan temprana, tan inocente?, le pregunté. Riéndose, contestó: 'Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener unos doshijos, y luego jubilarme y viajar'. 'Se lo digo en serio', le dije. Quería saber qué le había motivado a ella a afrontar ese desafío a su edad. 'Siempre soñé con tener una educación universitaria y ahora la voy a tener!', me dijo. Después de clases caminamos al edificio de la asociación de estudiantes ycompartimos un batido de chocolate. Nos hicimos amigos enseguida. Todos losdías durante los tres meses siguientes salíamos juntos de la clase y hablábamossin parar. Me fascinaba escuchar a esta "máquina del tiempo". Ella compartía susabiduría y experiencia conmigo. Durante ese año, Rose se hizo muy popular en la Universidad; hacía amistades adonde iba. Le encantaba vestirse bien y se deleitaba con la atención que recibía de los demás estudiantes. Se lo estaba pasando de maravilla. Al terminar el semestre le invitamos a Rose a hablar en nuestro banquete de fútbol. No olvidaré nunca lo que ella nos enseñó en esa oportunidad. Luego de ser presentada, subió al podio. Cuando comenzó a pronunciar el discurso que había preparado de antemano, se le cayeron al suelo las tarjetas donde tenía los apuntes. Frustrada y un poco avergonzada se inclinó sobre el micrófono y dijo simplemente, 'disculpen que esté tan nerviosa. Dejé de tomar cerveza por cuaresma y ¡este whisky me está matando!''No voy a poder volver a poner mi discurso en orden, así que permítanme simplemente decirles lo que sé.' Mientras nos reíamos, ella se aclaró la garganta y comenzó: 'No dejamos de jugar porque estamos viejos; nos ponemos viejos porque dejamos de jugar. Hay sólo cuatro secretos para mantenerse joven, ser feliz y triunfar.' Tenemos que reír y encontrar el buen humor todos los días. Tenemos que tener un ideal. Cuando perdemos de vista nuestro ideal, comenzamos a morir.¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo saben!' Hay una gran diferencia entre ponerse viejo y madurar. Si ustedes tienen diecinueve años y se quedan en la cama un año entero sin hacer nada productivo se convertirán en personas de veinte años. Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año sin hacer nada tendré ochenta y ocho años. Todos podemos envejecer. No se requiere talento ni habilidad para ello. Lo importante es que maduremos encontrando siempre la oportunidad en el cambio.'No me arrepiento de nada. Los viejos generalmente no nos arrepentimos de lo que hicimos sino de lo que no hicimos. Los únicos que temen la muerte son los que tienen remordimientos. Terminó su discurso cantando 'La Rosa'. Nos pidió que estudiáramos la letra de la canción y la pusiéramos en práctica en nuestra vida diaria. Rose terminó sus estudios. Una semana después de la graduación, Rose murió tranquilamente mientras dormía. Más de dos mil estudiantes universitarios asistieron a las honras fúnebres para rendir tributo a la maravillosa mujer que les enseñó con su ejemplo que nunca es demasiado tarde para llegar a ser todo lo que se puede ser.
No olviden que:
"ENVEJECER ES OBLIGATORIO; MADURAR ES OPCIONAL."
Autor desconocido

jueves, 17 de febrero de 2011

Ganar la batalla!

Durante una batalla, un general japonés decidió atacar aún cuando su ejército era muy inferior en número. Estaba confiado que ganaría, pero sus hombres estaban llenos de duda.
Camino a la batalla, se detuvieron en una capilla. Después de rezar con sus hombres, el general sacó una moneda y dijo, “Ahora tiraré esta moneda. Si es cara, ganaremos. Se es cruz, perderemos. El destino se revelará”.
Tiró la moneda en el aire y todos miraron atentos como aterrizaba. Era cara.
Los soldados estaban tan contentos y confiados que atacaron vigorosamente al enemigo y consiguieron la victoria. Después de la batalla, un teniente le dijo el general,
“Nadie puede cambiar el destino”.
“Es verdad”, contestó el general mientras mostraba la moneda al teniente, que tenía cara en ambos lados.
Obviamente la historia es irreal en el sentido de que una moneda no puede decidir nuestro futuro, sin embargo, nos deja muy claro que muchas veces, hemos perdido la batalla porque antes de iniciar nos creemos incapaces.Es usual cuando hay exámenes por ejemplo, que muchos lo han perdido antes de iniciar, pues su actitud así lo propicia.
Todos tenemos muchas situaciones hoy en nuestra vida, y podemos enfrentarlas solos, con miedo, con angustia y creyéndonos perdedores.
Por mas cansado que te encuentres, por más difícil que veas la situación, aunque ya no sientas que tienes fuerzas.
Puedes ganar, puedes vencer, puedes seguir adelante.

lunes, 14 de febrero de 2011

Hay que arriesgarse!

Hacer algo por alguien, es arriesgarse a involucrarse.
Expresar sentimientos, es arriesgarse a mostrar tu verdadero yo.
Exponer tus ideas y tus sueños, es arriesgarse a perderlos.
Reír, es arriesgarse a parecer un tonto.
Llorar, es arriesgarse a parecer un sentimental.
Amar, es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir, es arriesgarse a morir.
Esperar, es arriesgarse a la desesperanza.
Lanzarte, es arriesgarse a fallar.

Pero los riesgos deben ser tomados, porque el peligro más grande en la vida es no arriesgarse. La persona que no arriesga, no hace, no tiene, no pretende, no anhela... Se pueden evitar sufrimientos y preocupaciones, placeres y alegrías pero te estarías perdiendo de aprender, sentir, cambiar, crecer, amar y vivir...

SOLO UNA PERSONA QUE SE ARRIESGA ES LIBRE.

TE ARRIESGARIAS A CORRER RIESGOS?

jueves, 10 de febrero de 2011

Esta es tu vida!

Esta es tu vida.
Ten confianza en ti.
Usa el poder de escoger lo que deseas hacer y hazlo bien.
Usa el poder de amar lo que deseas en la vida y ámalo con fidelidad.
Usa el poder de caminar en un bosque y ser parte de la naturaleza.
Usa el poder de controlar tu propia vida.
Nadie puede hacerlo por ti.
Nada es demasiado bueno para ti. Tú te mereces lo mejor.
Usa el poder de hacer que tu vida sea sana, emocionante, completa y muy feliz.
Usa el poder de crear tus propios sueños y convertirlos en realidad.
Autora: Susan Polis Schutz

viernes, 4 de febrero de 2011

Cerrando capítulos

La vida, es bella, pero nosotros la complicamos todos los días, no nos damos cuenta que debemos cerrar capítulos y ver hacia adelante.Lo importante es poder dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. ¿Terminó tu trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? ¿La amistad se acabó? Puedes pasar mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los por qués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.
El desgaste va a ser infinito porque en la vida, tú, tus amigos, tus hijos, tus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos. A pasar la hoja. A terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir para adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, hecho está. Y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡No, los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir solo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperes que te devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de "quien eres". No, suelta. Con el resentimiento, al encender "tu televisor" personal para darte y darle al asunto, lo único que consigues es dañarte mentalmente, envenenarte, amargarte. La vida va hacia adelante, nunca para atrás. Porque si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. ¡Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo! Si no, déjalo ir, cierra capítulos. Convéncete, que no vuelve. Pero no por orgullo ni por soberbia sino porque tú ya no encajas allí: en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio, ya no eres el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo. Ni tu serás el mismo ni el entorno al que regreses será igual porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo desprende lo que ya no esta en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, porque cuando llegaste a este mundo lo hiciste sin ese adhesivo, por lo tanto es costumbre vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, te repito, nada ni nadie nos es indispensable. Solo es costumbre, apego, necesidad. Pero, cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacude, suelta.