Ella
sonrió y su sonrisa ilumino
mi mundo, era tan resplandeciente
que sentí que estaba soñando despierto,
quede hipnotizado, me quede mirándola fijamente
como se mira algo divino, me perdí en su mirada
y su mirada se perdió en mí, éramos uno solo,
nos convertimos en un bello poema encantado...
mi mundo, era tan resplandeciente
que sentí que estaba soñando despierto,
quede hipnotizado, me quede mirándola fijamente
como se mira algo divino, me perdí en su mirada
y su mirada se perdió en mí, éramos uno solo,
nos convertimos en un bello poema encantado...
Néstor Augusto Esquivel Donato
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