martes, 18 de febrero de 2014



...) Y la alegría lo llenó de la cabeza a los pies, 
alegría de vivir y alegría de ser él mismo.
Porque ahora sabía otra vez quién era 
y de dónde era. 
Había nacido de nuevo. 
Y lo mejor era que quería ser precisamente quien era. 
Si hubiera tenido que elegir una posibilidad entre todas, 
no hubiera elegido ninguna otra. 
Porque ahora sabía: en el mundo hay miles 
y miles de formas de alegría, 
pero en el fondo todas son una sola: la alegría 
de poder amar. 
Eran aspectos de una misma cosa.



Michael Ende


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