jueves, 28 de noviembre de 2013



Ella tenía una mirada tan vacía,
tan oscura,
la mire fijamente y me perdí
en un mar sombrío de melancolía,
supe que su mundo era un infierno de sufrimientos,
naufrague en una tristeza profunda y atrayente,
fui uno con ella
y sus derrotas y decepciones
se adueñaron de mi,
viví en carne propia su infierno
con tan solo mirarla…

Néstor Augusto Esquivel Donato

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