[…] A
veces, al doblar una esquina
o al cruzar una
calle, me ha llegado,
no sé de dónde, una
racha de felicidad.
La he recibido con humildad y agradecimiento,
y no he tratado de
explicármela,
porque sé que a
todos nos sobran los motivos de tristeza.
Jorge Luis Borges
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