martes, 16 de febrero de 2016


Yo ya sabía que no eras para siempre. Todo el mundo pasa horas y horas hablando acerca de ese amor "único y especial", ese "que te marcará". Y entiendo por qué lo hacen, es una bonita sensación esa de creer que en algún momento todo va a tener sentido.
Pero prefiero los amores fallidos, prefiero los amores que sabes que no son para siempre pero que de alguna forma se sienten una eternidad. Porque son esos los que más aparecen, son esos para los que necesitamos un consejo, son esos que nos hacen respirar hondo y no saber qué demonios está pasando. Siempre hay un anhelo por quedarte en los brazos equivocados porque a veces se sienten correctos.
Porque si vamos marcando vidas deberíamos saberlo, deberíamos estar conscientes. Deberíamos hablar de eso, de todas las veces que nos van y vamos a romper el corazón. No todo es acerca de eso que nos promete el final del camino, también está todo ese recorrido. También están ahí todos tus besos, y abrazos, y esas cosas que prometí nunca escribir.
Así que aquí está, querido, aquí está la respuesta a aquella pregunta de esa noche. A tu: "si sabías que yo no era para siempre, ¿entonces para qué escribirme como si lo fuera?"

—Paola E. Haiat


No hay comentarios:

Publicar un comentario