martes, 17 de junio de 2014


Un día llegara el olvido
y marchitara las promesas
absurdas,
y en su lugar se sembrara 
el frenesí de los besos amados.
Con este perfume sagrado crecerá 
la ternura sedienta.
Un día el amor
alzara su vuelo hasta lo
más alto del cielo,
desfallecerá el corazón
ante la dicha de la eterna felicidad.



Néstor Augusto Esquivel Donato


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