viernes, 13 de septiembre de 2013

Los únicos regalos del mar son golpes duros, 

y ocasionalmente la chance de sentirse fuerte. 


No conozco mucho acerca del mar, 


pero sé que así es. 


Y también sé lo importante 


que es en la vida 


no necesariamente ser fuerte, 


sino sentirse fuerte. 


Medirse uno mismo aunque sea una vez. 


Encontrarse aunque sea una vez en las 


más primitivas condiciones humanas. 


Enfrentando la ceguera y la sordera solo, 


sin nada que te ayude excepto tus manos 


y tu propia cabeza.






Alexander Supertramp

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