Cuando sientas helarse tu alegría
ante la sonrisa burlona de otro; cuando veas desfallecer tu corazón ante la
desgana de los maliciosos; cuando tu ambición se limite a querer lo que todo el
mundo quiere; cuando seas prisionero de los demás, del que dirán, revélate y no
admitas otro guardián que la pureza de tu propia conciencia.
NO y NO a todo lo que me convierte en un pelele, en una sombra.
NO y NO a todo lo que me convierte en un pelele, en una sombra.
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