Te miré y sucedió.
Sucedió que nos volvimos a encontrar otra vez en una primera vez.
Y sentí que tú sentías lo mismo. Las miradas nos delatan.
Es como si el destino tuyo y mío estaba en nuestras mentes, durmiendo un sueño muy profundo y que despertó en un mirar tan divino como extraño.
Es como habernos amado en otro tiempo, pero algo quedaría inconcluso porque ahora nos volvemos a encontrar otra vez en una primera vez.
Las miradas develan y delatan nuestro destino al mismo tiempo que sentencia que estamos condenados a amarnos aquí o en otro tiempo.
Sucedió que nos volvimos a encontrar otra vez en una primera vez.
Y sentí que tú sentías lo mismo. Las miradas nos delatan.
Es como si el destino tuyo y mío estaba en nuestras mentes, durmiendo un sueño muy profundo y que despertó en un mirar tan divino como extraño.
Es como habernos amado en otro tiempo, pero algo quedaría inconcluso porque ahora nos volvemos a encontrar otra vez en una primera vez.
Las miradas develan y delatan nuestro destino al mismo tiempo que sentencia que estamos condenados a amarnos aquí o en otro tiempo.
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