No
culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú
has hecho tu vida.
Acepta
la responsabilidad de edificarte a tí mismo, y el valor de acusarte en el
fracaso para volver a empezar otra vez, corrigiéndote.
No
olvides nunca, que la causa de tu presencia es tu pasado, como la causa de tu
futuro es tu presente.
Mírate
en el espejo a ti mismo.
Ahora
despierta, camina, lucha.
Decídete
de una vez y triunfarás en la vida.
¡NUNCA
PIENSES EN LA SUERTE, PORQUE LA SUERTE ES EL PRETEXTO DE LOS FRACASADOS!
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