Tal
vez las verdaderas
experiencias emocionales,
las que nunca se olvidan,
sean las que se
producen en la adolescencia,
en ese territorio quebradizo
en que uno se asoma por
primera vez a la vida adulta,
y siente lo que tiene de tragedia
de perfiles imprecisos pero
también de ocasión para afirmar
una personalidad,
un empeño, una decisión.
Almudena Grandes
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