miércoles, 13 de enero de 2010

Errores y fracasos...

En la vida, nos encantaría que existiera un botón para deshacer nuestros errores, sería más fácil. Un descuido, un error, un desliz y todo cambia, ya no podes hacer borrón y cuenta nueva. Pero si existiera una forma de volver atrás y corregir lo que hicimos mal ¿no lo harías? Vivimos a mil y no le damos importancia a los detalles, a los cambios sutiles, cotidianos, y ese detalle mínimo nos puede cambiar la vida. Una palabra no dicha a tiempo, un gesto a destiempo y lo que era la solución a nuestros problemas, pasa a ser un problema. Creemos que las grandes tragedias son las causadas por grandes errores, pero a veces un detalle, algo que no debería ser dicho, es el aleteo de la mariposa que desata la tormenta, y una vez desatada la tormenta uno quisiera volver el tiempo atrás, a esa palabra no dicha, a ese gesto que no se hizo. En cualquier sistema, por definición, siempre se comete un error, pequeño, insignificante, pero siempre hay una falla.Causa y efecto. Un pequeño error que produce grandes cambios, una mariposa que produce un huracán. Detalles, pequeñas fallas, descuidos que escapan de nuestro control…no podemos controlar todo.
Corrés, luchás, peleas hasta el agotamiento, te caes mil veces y te levantas mil veces, porque no se puede renunciar a una misión, a un objetivo...a una meta. Te equivocas una vez, crees que aprendiste, crees que nunca vas a cometer ese mismo error y es lo primero que haces, cometer ese mismo error, tropezar una y otra vez con la misma piedra. Pero por algo cometemos ese mismo error ¿Por qué repetimos esos errores que nos angustian, que nos dan miedo, nos paralizan? ¿Por qué repetimos siempre lo que nos hace mal? ¿Por qué fracasamos una y otra vez? Cuando cometemos siempre el mismo error, cuando tropezamos siempre con la misma piedra ahí hay que empezar a sospechar. Ahí hay que darse cuenta que detrás de ese error, de ese fracaso, hay un mensaje. Hay muchas maneras de fracasar y somos muy exitosos en fracasar. Hay quienes están convencidos de que su error es una gran verdad, y error tras error terminan por desatar una gran tragedia. Hay que permitirse el error para aprender de él. La única manera de tener éxito es aprender de los fracasos, y el único fracaso es no intentarlo. Repetimos los errores, fracasamos una y otra vez, pero porque en el error, en ese fracaso, hay algo que tenemos que aprender.

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