sábado, 24 de octubre de 2015

Canción de Las Simples Cosas


Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas,
Lo mismo que un árbol
En tiempos de otoño se quedan sin hojas.
Al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas,
Esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón.

Uno vuelve siempre
A los viejos sitios en que amó la vida,
Y entonces comprende
Como están de ausentes las cosas queridas.
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,
Que el amor es simple
Y a las cosas simples las devora el tiempo.

Demorate aquí, en la luz mayor de este mediodía,
Donde encontrarás con el pan al sol la mesa tendida.
Por eso muchacho no partas
Ahora soñando el regreso,
Que el amor es simple
Y a las cosas simples las devora el tiempo



Mercedes Sosa



martes, 20 de octubre de 2015

El amor no debería doler


Quizás seas de esas personas que creen en el amor, o quizás no. Quizás sigas buscando a la pareja ideal, o quizás ya hayas desistido en tu intento.
Sea como fuere, si te encuentras leyendo esto, probablemente te hayas planteado alguna vez porqué el amor suele ser tan doloroso. ¿No es algo que debería ser placentero? ¿No debería hacernos terriblemente felices? Y, en cambio, es lo que más suele hacernos daño.
Resulta curioso, aunque es cierto. Esa persona a la que amamos y con la que deseamos compartir nuestra vida, de repente se convierte en una continua sucesión de situaciones que debemos solventar para no sufrir.
Porque una discusión, un malentendido, una ruptura, acaba destrozándonos completamente. Sentirnos poco valorados, querer demasiado, ser dependientes… todo esto provoca que el amor sea doloroso.

La realidad del amor

Cuando nos enamoramos, nos sumergimos en una ilusión en la que nuestra autoestima y nuestra seguridad quedan a merced de la otra persona.
¿Por qué ocurre esto? Porque nos sentimos uno, o así queremos serlo. Nuestra autoestima empieza a depender de la otra persona, valorarnos depende de ella. La opinión que tenga tu pareja de ti es lo que importa, aunque quizás no sea la correcta.
Pero, esto no lo es todo. En algunas relaciones se origina una dependencia que te ata a esa persona y la hace el motivo de tu vida. Cuando ella desaparece, por cualquier razón, tu mundo se desmorona.
Aunque suene duro, es precioso decirle a tu pareja “no puedo vivir sin ti”, pero la realidad es dura y la realidad el amor mucho más. ¿De verdad no puedes vivir sin tu pareja? Puede que algunas personas así lo sientan, pero piensa de verdad en esta realidad.
A veces, el amor nos ciega y pensamos cosas que no son ciertas. Querer a alguien por encima de todo, sacrificarte por alguien, jurar amor eterno.
Con esto, no estamos diciendo que el amor no exista, ni que esto no pueda ser cierto. Pero, muchas veces lo que proclamamos no es cierto, pero así lo queremos creer. ¿El resultado? Sufrimos, sin poder evitarlo, por amor.

Libérate del dolor

Amar es muy bonito, pero todo el mundo busca su felicidad. Si el amor es tan doloroso, ¿por qué continuamos emparejándonos?
Verifica que no lo haces porque necesitas estar con alguien, porque necesitas que te digan palabras bonitas, porque es lo que hay que hacer, porque si no te quedarás solo.
Esto solo hará que el amor se convierta en un continuo sufrimiento. ¿Cómo evitar todo esto? ¿Cómo disfrutar del amor y dejar de sufrir en vano?
Para empezar, ten en cuenta todo lo que a continuación exponemos:
o    Nunca estés con alguien porque te sientas solo.
o    Si decides tener pareja, verifica que es amor y no necesidad lo que sientes.
o    Comparte la vida con tu pareja, pero nunca dependas de ella.
o    Ten en cuenta que amor significa ser feliz, no sufrir.
Estas son solo algunas cosas que debes tener en cuenta si quieres tener una relación. Debes ser libre, tú mismo y tener tu espacio a pesar de estar en pareja.
Es muy cómodo dejarle el cargo de nuestra autoestima a otros. Pero, esto no es beneficioso para ti, ni para tu relación. Protege tu autoestima, no la olvides, no la dejes de lado.
El fruto de todo este sufrimiento, de tantas relaciones fallidas, catastróficas, de las infidelidades, de las decepciones son el dolor y pueden originar miedo a amar.
Sé tú mismo, protege tu individualidad y tu personalidad aunque estés con otra persona. El amor debería ser algo bonito, lleno de alegría y felicidad. Pero, la realidad es que a veces se convierte en un continuo tormento, en una espiral de dolor, desengaños y egoísmo de la que difícilmente logramos salir.
Enamórate de quien te merezca, de alguien que no te haga sentir mal y que te quiera como tú puedes querer a tu pareja. Ten en cuenta que hay varias cosas que te mereces de tu relación. ¡No te sacrifiques! El amor no debería de doler, sino todo lo contrario. Debería ser el culmen de tu felicidad.




miércoles, 7 de octubre de 2015

¿Cuál es el secreto de las relaciones felices?



¿No es curiosa la humanidad? Hay tanta gente que se pasa la vida en una loca carrera contra el reloj, inmersos en la rutina, ocupados haciendo miles de cosas, y en el tiempo libre, se distraen frente al televisor, conectados a Facebook o rodeados de gente, ruido y embotados por el alcohol o las drogas.
Vivimos la mayor parte del tiempo en automático, acelerados por la acumulación de tareas pendientes, casi sin prestarnos atención. En esta vorágine de hacer y no ser, se pierde lo esencial, que no está afuera, sino adentro. Hemos aprendido a olvidarnos de nosotros mismos.

El miedo a nuestras emociones más íntimas



La soledad puede ser aterradora para algunas personas, quienes con tal de estar acompañadas, sacrifican la calidad de las relaciones. Este miedo a la soledad muchas veces refleja que, en el fondo, existe el miedo de entrar en contacto con las más íntimas emociones, las cuales pueden ser desagradables o dolorosas. Es preferible, entonces, distraerse o adormecerse con cosas externas…
Pero si las necesidades emocionales no son escuchadas y atendidas, si no nos aceptamos a nosotros mismos incondicionalmente con nuestras debilidades y fortalezas, andaremos por la vida usando una máscara, pretendiendo ser lo que no somos para buscar en los demás la aceptación que nosotros mismos nos negamos.
El ser humano no nace siendo un zombi emocional. Los bebés no juzgan sus emociones, simplemente las sienten y las expresan. Puede ocurrir que durante el proceso de socialización, el niño sea ignorado, herido, ridiculizado o abusado. Ante esto, el único recurso que tiene es enterrar en el inconsciente el dolor que experimenta, porque aún depende de los demás para sentirse digno de amor y de respeto.
Al llegar a la edad adulta, es imperativo asumir la responsabilidad por la salud emocional y ocuparse de sanar las heridas y de llenar las carencias del niño interno. De lo contrario, vivirá con un vacío interno que tratará de llenar en vano con relaciones superficiales.

Amarnos a nosotros mismos para poder amar a los demás



Nuestra tarea primordial, entonces, es aprender a ver, amar y valorar lo más precioso que tenemos, que es nuestra esencia. Mientras más aprendemos a amarnos a nosotros mismos, mayor es el deseo de compartir nuestro amor con los demás, porque el amor auténtico es expansivo por naturaleza.
Esta onda expansiva es imparable, y es entonces inevitable querer compartir este amor con los demás, pero no ya desde el vacío y la máscara, sino desde la plenitud y la autenticidad. Desde lo más profundo de nuestro interior, desde nuestra esencia.
La razón de ser de una relación es aprender, crecer, amar, divertirse y disfrutar de la mutua compañía. Porque al fin de cuentas, nuestra verdadera misión en este mundo es expandir nuestra capacidad de amar, tanto a nosotros mismos como a los demás. Cuando comprendemos y vivimos en función de esa misión, descubrimos que amar auténtica e incondicionalmente es el mayor tesoro que podemos encontrar.
No hay lujo, placer, ni logros, ni posesiones, ni riquezas que puedan sustituir la plenitud que produce el verdadero amor incondicional

Pero tenemos que empezar por amarnos y aceptarnos a nosotros mismos. Amarse a uno mismo provee a cada miembro de la pareja de la seguridad y la confianza que suele buscarse en el otro. Pero, en vez de tratar de obtener amor del otro, y hasta de exigirlo, comparten el amor que tienen por sí mismos con su pareja. Irónicamente, le están dando al otro lo que siempre han querido de éste, pero que antes no eran capaces de dar.
El auto abandono y el auto rechazo son unas de las mayores causas del fracaso de las parejas, y aprender a amarse a sí mismo realmente ayuda a sanar las relaciones. Amar es lo más maravilloso que hay, pero no se puede dar lo que no se tiene. Hasta que no aprendemos a amarnos a nosotros mismos, no se puede amar al otro.






A solas por un tiempo...



Por años  nos han vendido la idea de que nacimos para complementarnos, que hay por ahí un alma que nos perfecciona, que nos pertenece, al que estamos destinados, vamos por la vida con los ojos muy abiertos esperando que aparezca, eligiendo la ropa adecuada y los zapatos perfectos, maquillando nuestro rostro, coloreando nuestras mejillas, nos hemos dejado engañar con eso de que la felicidad solo se alcanza en compañía, provocando un miedo constante a la soledad, un miedo constante a nosotros mismos
Es esta ideología, la que por tanto tiempo, como círculo vicioso,  nos ha llevado a cometer el error gravísimo de conformarnos con relaciones que nada tienen que ver con el concepto de amar, relaciones, insensatas, nocivas, egoístas, creyendo que con el simple de tener a alguien a nuestro lado, podremos llenar los vacíos que sentimos, relaciones que terminaran por desgastarse al punto de dañar.

Lo cierto es que para poder llenar los huecos, no necesitas de nadie más, precisas solo  regalarte un tiempo a solas para sanar las heridas, rescatar tu esencia, reconstruir tu felicidad, un tiempo a solas para reunir el valor necesario para tomar decisiones pensando solo en ti, no por egoísmo, ni soberbia, sino por  la simple convicción de llevar las riendas de tu vida.
Necesitas un tiempo a solas, para convencerte de que no necesitas a nadie más para sentirte pleno, para descubrir de lo que eres capaz, descubrir tus pasiones, tus sueños, incluso tus debilidades; cantar, bailar, pintar, leer, básicamente vivir.

Ese tiempo a solas, para sentirte plena, para descubrir tu estilo, para ser como te dé la gana de ser,  para elegir la ropa que te gusta, con la que te sientas cómoda y bonita, con la que te sientas realmente tú, ya no  por agradarle a nadie más, solo por la satisfacción de mírate al espejo y descubrirte bella, auto suficiente, fuerte;  un tiempo que servirá  para convencer a tu mente de que no hay nadie en el mundo que pueda hacerte más feliz  que tú misma, y cuando al fin hayas entendido esto, cuando al fin te encuentres sola pudiendo sentir calma, entonces y solo entonces  te descubrirás lista si es que así lo decides para compartir tu vida y tu tiempo con alguien más, con alguien que sea como tú, con alguien que tampoco tenga miedo a la soledad.

Laura He.